En ocasiones, los planes,
afortunadamente, no salen bien. Era Ramadán y yo quería conocer a un cristiano,
no a un musulmán, porque un musulmán no podría ayudarme en mi viaje del mismo
modo al tener que estar con la familia, para ellos es como nuestra Navidad,
pero todo el mes, además de que teniendo que ayunar todo alimento y toda
bebida, incluso agua, sería muy difícil que me pudieran acompañar.
Plaza Tahrir y Nile Hilton, al fondo Cairo Tower |
Quedé esa mañana, como ya he dicho, en
que entre las 7 y las 8 de la tarde, Karim vendría a mi hotel, por fin nos
conoceríamos porque solo habíamos contactado por messenger en tres ocasiones
desde España y esa misma mañana ya en Cairo. Obtuve su dirección de correo
electrónico hace meses en una web de personas que quieren mejorar sus
conocimientos de idiomas, él estaba interesado en inglés y español, por eso lo
elegí. Le mandé un correo diciéndole que mi interés era ir por mi cuenta a
Egipto y que buscaba amigos que pudieran ayudarme en mi viaje. Me contestó,
como todos que era siempre bienvenido, pero eso lo dice todo el mundo. Respecto
del idioma él hablaba un poco de inglés pero lo de español nada de nada. Esto
hizo que, sinceramente, yo no le prestase mucha atención, por eso habíamos
hablado en muy pocas ocasiones. Fue su mensaje a mi llegada a Egipto, la
casualidad de que se conectara mientras yo lo contestaba desde Cairo, y el
hecho de que el cristiano con el que yo quería haber contactado me anunciase
sus dificultades para estar conmigo lo que hizo que me decidiera a conocer a Karim.
Son las siete de la tarde, se supone que
está al llegar, pero no llega. Me desespero un poco y decido ir a la calle,
dejo aviso en recepción y le mando un mensaje de móvil a Karim diciéndole que
estaré por la calle, que me avise cuando esté llegando. No tengo muchas
esperanzas de que aparezca, pero tampoco tengo muchas otras cosas que hacer así
que voy a ver tiendas. A esa hora ya han abierto las tiendas, hay un bullicio
impresionante, todo está abarrotado de gente comprando, paseando, comiendo
helados, dulces, bebiendo zumos, en fin, ya sé que me repito, pero es que eso
era así siempre en aquella calle entre las 6 y media de la tarde y las 3 o 4 de
la madrugada.
Recibo un mensaje en el móvil en el que Karim
me anuncia que en unos minutos estará en la puerta de mi hotel, me dirijo hacia
allí a su encuentro y aguardo unos cinco minutos. Por un lado tengo ganas de
conocerlo, por otro pienso que estoy loco perdido al quedar con alguien a quien
no conozco de nada. Siempre podremos ir a tomar un té y cenar algo por allí
cerca y según lo que me parezca le puedo poner una excusa y no volver a vernos.
ALGUIEN ME TOCA EN EL HOMBRO. Es KARIM,
le doy la mano, el mundo se me cae al suelo, ES UN CRIO, es un chaval de 19 años,
(yo tengo 39) algo más alto que yo, fuerte sin ser musculoso, con cara de niño,
más blanco que la mayoría de los egipcios que nos rodean. Es igual que nuestro
sobrino, el ahijado de mi mujer, pero en egipcio.
Nos contamos cuatro tonterías propias de
una conversación inicial en la que no sabemos muy bien por donde tirar. Le
propongo ir a algún sitio donde poder hablar con tranquilidad y tomar algo y
comenzamos la búsqueda de algún bar. La verdad es que no nos decidimos por
ningún sitio, tenemos que cruzar una calle, algo que para un occidental puede
ser difícil en Cairo, vaya, puede ser muy difícil, pero yo ya estoy acostumbrándome,
Karim me coge de la mano para cruzar, yo no estoy acostumbrado a algo así y tan
pronto como puedo me suelto, el se extraña un poco y a mi se me pasan algunos
disparates por la cabeza ¿qué hace este tío cogiéndome de la mano?.
A todo esto vamos hablando, cogiendo un
poco el acento que en inglés tiene cada uno, ya sabéis que a los árabes les
cuesta pronunciar la P y casi siempre pronuncian la B. Le pregunto su edad, yo
pensaba que tendría 26 o 28 años, pero por el aspecto está claro que es muy
joven, me confirma que tiene 19 años, le pregunto sobre el idioma español y me
dice que tuvo un compañero de colegio que era español y por eso lo puso en la
web de internet language penpals.
Estamos tardando en encontrar un lugar y
llegamos a Tahrir Square (Plaza Tahrir, lamento si algunas cosas las pongo en
inglés pero es la costumbre). Me pregunta a qué hora tengo que estar en el
hotel y le digo que a una hora prudencial porque al día siguiente iré al museo
egipcio. Me propone ir a un sitio que el conoce y le digo que como él quiera.
Antes de que me dé cuenta pega dos gritos en la plaza Tahrir, le contestan
desde un microbús (los típicos autobuses de Cairo) y me veo subiendo a un
autobús, sin saber ni a donde voy ni qué debo hacer en el autobús.
Definitivamente estoy loco, soy un imprudente, nunca debería haber hecho algo
así, yo no sé cuantas cosas pudieron pasar por mi cabeza en aquel momento.
Pregunto que a donde vamos y me dice que a Nasr City, a una terraza donde poder
tomar algo. Una señora que está sentada detrás de mí me toca el hombro y me da
dinero. Yo miro a Karim pero él no me hace mucho caso, veo que otras personas
en el microbús también dan dinero a las que están delante y ya lo comprendo: Te
dan el dinero para que lo hagas llegar al conductor, con las mismas éste
devuelve el cambio y la gente va pasando el dinero hacia atrás, así que tomo el
dinero y se lo doy a la persona que tengo delante, por suerte para las vueltas Karim
está más atento y se encarga de devolver el dinero a la señora. Yo sé que el
precio del microbús es media libra, le doy a Karim una pero la rechaza, dice
que él paga. Pues bien, no me queda más que hacer, así que voy mirando las
calles de los barrios por los que pasamos hasta que Karim me anuncia que
tenemos que bajar, el microbús para, nosotros descendemos e inmediatamente
subimos a otro microbus, ya son dos, ahora sí que no tengo ni idea de cómo
volver a mi hotel, sé que debo estar bastante retirado, por fin llegamos a
nuestro destino.
Los sentimientos contrapuestos, el
corazón en un puño, por un lado Karim me parece un chaval estupendo, por otro
pienso que soy un imprudente, por un lado me preocupa no saber ni donde estoy,
por otro me ha encantado montar en los microbuses y estar con la gente real
fuera de todo atisbo de turismo. Increíble, temerario, alucinante, excitante,
en fin, una experiencia única, pero que me llega 15 o 20 años mayor de lo que
me gustaría. "Definitivamente" no puedo ir así, yo soy un europeo y
me estoy metiendo donde no debo, pero a la vez pienso,
"definitivamente" esta es la aventura de mi vida, ¡qué puñeta! si no
hago esto ahora ¿cuándo lo voy a hacer?, no es que mi vida haya estado desprovista
de aventuras pero ¿"definitivamente"?....
Llegamos a la terraza de un local en el
que no hay ni un solo turista, es cierto que está muy bien puesto y que no son
pobres los que están allí, pero todos son egipcios, este no es un barrio como
los que hemos cruzado, estamos en algún lugar importante, supongo que es Nasr
City como me ha dicho Karim. Te y Shisa para mí, capuccino para Karim, él no
fuma normalmente (esto cambiaría en lo referente a la shisha). Comenzamos una
conversación mucho más tranquila por mi parte, Karim viste como cualquier joven
europeo de su edad, le gustan las mismas cosas, como ya he dicho es igualito
que el sobrino de mi esposa, hasta en el color de la piel, ya que mi sobrino es
muy moreno para ser español y Karim es muy blanco para ser egipcio.
Es tarde y tenemos hambre, por lo menos
serían las 11 de la noche, así que vamos a cenar algo, un poco de kofta y agua
para mí, pepsi y un bocadillo con alguna cosa para Karim. Cuando vamos a pagar,
pese a mi insistencia, Karim no me deja, dice que soy su invitado, yo le digo
que no me parece bien, así que la próxima la pagaré yo.
Me pregunta si prefiero ir a mi hotel a
dormir o quedarme con él y con unos amigos suyos con los que ha quedado en
verse a las 2 de la madrugada. Este es mi momento para quitarme de en medio y seguir
mi viaje por Egipto a mi aire, comprendo que tengo que tomar una decisión, una
decisión importante porque según lo que haga ya no volveré a ver a Karim,
probablemente, pero si sigo con él y sus amigos ya no haré el viaje que tenía
previsto. Su personalidad es desbordante, impresiona su madurez, su afabilidad,
su carácter. Me asustan algunas cosas, las mismas que me gustan en él, la
amistad que me demuestra, su preocupación por mí, sus atenciones. LO CONOZCO
DESDE HACE CUATRO HORAS.
A mí me gustaría, le digo, continuar
nuestra conversación, pero no tiene porqué ser ahora, si has quedado con unos
amigos, yo no quiero molestar. (No es una respuesta muy inteligente, pero por
un lado le quiero decir que me agrada su conversación y la aventura de ir por
las calles de Cairo como ningún turista puede hacerlo, por otro lado quiero
todavía mantener las distancias, temo perderme una ocasión de vivir como un
egipcio, pero tampoco quiero dejarme llevar por un grupo de jóvenes que,
necesariamente, tendrán intereses distintos de los míos, además, se supone que
he ido para ver monumentos).
Karim Hamdy Abdelaziz |
¿Qué habríais hecho los demás?
Da un poco igual, Karim ya lo tenía
decidido, la pregunta que me hizo fue por cortesía, él ya había informado a sus
amigos de que estaría conmigo y que seríamos cuatro para cenar, así que me tocó
acompañarlo hasta donde había quedado, curiosamente, allí al lado. Mis amigos,
me dice, quieren conocerte.
Primero me coge de la mano para cruzar
la calle, ahora queda con unos amigos que además quieren conocerme, no me deja
pagar ni en el bus ni en la terraza. Ya veremos cómo
salgo de ésta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario