E-03 Karím

En ocasiones, los planes, afortunadamente, no salen bien. Era Ramadán y yo quería conocer a un cristiano, no a un musulmán, porque un musulmán no podría ayudarme en mi viaje del mismo modo al tener que estar con la familia, para ellos es como nuestra Navidad, pero todo el mes, además de que teniendo que ayunar todo alimento y toda bebida, incluso agua, sería muy difícil que me pudieran acompañar.
Plaza Tahrir y Nile Hilton, al fondo Cairo Tower
Quedé esa mañana, como ya he dicho, en que entre las 7 y las 8 de la tarde, Karim vendría a mi hotel, por fin nos conoceríamos porque solo habíamos contactado por messenger en tres ocasiones desde España y esa misma mañana ya en Cairo. Obtuve su dirección de correo electrónico hace meses en una web de personas que quieren mejorar sus conocimientos de idiomas, él estaba interesado en inglés y español, por eso lo elegí. Le mandé un correo diciéndole que mi interés era ir por mi cuenta a Egipto y que buscaba amigos que pudieran ayudarme en mi viaje. Me contestó, como todos que era siempre bienvenido, pero eso lo dice todo el mundo. Respecto del idioma él hablaba un poco de inglés pero lo de español nada de nada. Esto hizo que, sinceramente, yo no le prestase mucha atención, por eso habíamos hablado en muy pocas ocasiones. Fue su mensaje a mi llegada a Egipto, la casualidad de que se conectara mientras yo lo contestaba desde Cairo, y el hecho de que el cristiano con el que yo quería haber contactado me anunciase sus dificultades para estar conmigo lo que hizo que me decidiera a conocer a Karim.

Son las siete de la tarde, se supone que está al llegar, pero no llega. Me desespero un poco y decido ir a la calle, dejo aviso en recepción y le mando un mensaje de móvil a Karim diciéndole que estaré por la calle, que me avise cuando esté llegando. No tengo muchas esperanzas de que aparezca, pero tampoco tengo muchas otras cosas que hacer así que voy a ver tiendas. A esa hora ya han abierto las tiendas, hay un bullicio impresionante, todo está abarrotado de gente comprando, paseando, comiendo helados, dulces, bebiendo zumos, en fin, ya sé que me repito, pero es que eso era así siempre en aquella calle entre las 6 y media de la tarde y las 3 o 4 de la madrugada.

Recibo un mensaje en el móvil en el que Karim me anuncia que en unos minutos estará en la puerta de mi hotel, me dirijo hacia allí a su encuentro y aguardo unos cinco minutos. Por un lado tengo ganas de conocerlo, por otro pienso que estoy loco perdido al quedar con alguien a quien no conozco de nada. Siempre podremos ir a tomar un té y cenar algo por allí cerca y según lo que me parezca le puedo poner una excusa y no volver a vernos.

ALGUIEN ME TOCA EN EL HOMBRO. Es KARIM, le doy la mano, el mundo se me cae al suelo, ES UN CRIO, es un chaval de 19 años, (yo tengo 39) algo más alto que yo, fuerte sin ser musculoso, con cara de niño, más blanco que la mayoría de los egipcios que nos rodean. Es igual que nuestro sobrino, el ahijado de mi mujer, pero en egipcio.

Nos contamos cuatro tonterías propias de una conversación inicial en la que no sabemos muy bien por donde tirar. Le propongo ir a algún sitio donde poder hablar con tranquilidad y tomar algo y comenzamos la búsqueda de algún bar. La verdad es que no nos decidimos por ningún sitio, tenemos que cruzar una calle, algo que para un occidental puede ser difícil en Cairo, vaya, puede ser muy difícil, pero yo ya estoy acostumbrándome, Karim me coge de la mano para cruzar, yo no estoy acostumbrado a algo así y tan pronto como puedo me suelto, el se extraña un poco y a mi se me pasan algunos disparates por la cabeza ¿qué hace este tío cogiéndome de la mano?.

A todo esto vamos hablando, cogiendo un poco el acento que en inglés tiene cada uno, ya sabéis que a los árabes les cuesta pronunciar la P y casi siempre pronuncian la B. Le pregunto su edad, yo pensaba que tendría 26 o 28 años, pero por el aspecto está claro que es muy joven, me confirma que tiene 19 años, le pregunto sobre el idioma español y me dice que tuvo un compañero de colegio que era español y por eso lo puso en la web de internet language penpals.

Estamos tardando en encontrar un lugar y llegamos a Tahrir Square (Plaza Tahrir, lamento si algunas cosas las pongo en inglés pero es la costumbre). Me pregunta a qué hora tengo que estar en el hotel y le digo que a una hora prudencial porque al día siguiente iré al museo egipcio. Me propone ir a un sitio que el conoce y le digo que como él quiera. Antes de que me dé cuenta pega dos gritos en la plaza Tahrir, le contestan desde un microbús (los típicos autobuses de Cairo) y me veo subiendo a un autobús, sin saber ni a donde voy ni qué debo hacer en el autobús. Definitivamente estoy loco, soy un imprudente, nunca debería haber hecho algo así, yo no sé cuantas cosas pudieron pasar por mi cabeza en aquel momento. Pregunto que a donde vamos y me dice que a Nasr City, a una terraza donde poder tomar algo. Una señora que está sentada detrás de mí me toca el hombro y me da dinero. Yo miro a Karim pero él no me hace mucho caso, veo que otras personas en el microbús también dan dinero a las que están delante y ya lo comprendo: Te dan el dinero para que lo hagas llegar al conductor, con las mismas éste devuelve el cambio y la gente va pasando el dinero hacia atrás, así que tomo el dinero y se lo doy a la persona que tengo delante, por suerte para las vueltas Karim está más atento y se encarga de devolver el dinero a la señora. Yo sé que el precio del microbús es media libra, le doy a Karim una pero la rechaza, dice que él paga. Pues bien, no me queda más que hacer, así que voy mirando las calles de los barrios por los que pasamos hasta que Karim me anuncia que tenemos que bajar, el microbús para, nosotros descendemos e inmediatamente subimos a otro microbus, ya son dos, ahora sí que no tengo ni idea de cómo volver a mi hotel, sé que debo estar bastante retirado, por fin llegamos a nuestro destino.

Los sentimientos contrapuestos, el corazón en un puño, por un lado Karim me parece un chaval estupendo, por otro pienso que soy un imprudente, por un lado me preocupa no saber ni donde estoy, por otro me ha encantado montar en los microbuses y estar con la gente real fuera de todo atisbo de turismo. Increíble, temerario, alucinante, excitante, en fin, una experiencia única, pero que me llega 15 o 20 años mayor de lo que me gustaría. "Definitivamente" no puedo ir así, yo soy un europeo y me estoy metiendo donde no debo, pero a la vez pienso, "definitivamente" esta es la aventura de mi vida, ¡qué puñeta! si no hago esto ahora ¿cuándo lo voy a hacer?, no es que mi vida haya estado desprovista de aventuras pero ¿"definitivamente"?....

Llegamos a la terraza de un local en el que no hay ni un solo turista, es cierto que está muy bien puesto y que no son pobres los que están allí, pero todos son egipcios, este no es un barrio como los que hemos cruzado, estamos en algún lugar importante, supongo que es Nasr City como me ha dicho Karim. Te y Shisa para mí, capuccino para Karim, él no fuma normalmente (esto cambiaría en lo referente a la shisha). Comenzamos una conversación mucho más tranquila por mi parte, Karim viste como cualquier joven europeo de su edad, le gustan las mismas cosas, como ya he dicho es igualito que el sobrino de mi esposa, hasta en el color de la piel, ya que mi sobrino es muy moreno para ser español y Karim es muy blanco para ser egipcio.



Es tarde y tenemos hambre, por lo menos serían las 11 de la noche, así que vamos a cenar algo, un poco de kofta y agua para mí, pepsi y un bocadillo con alguna cosa para Karim. Cuando vamos a pagar, pese a mi insistencia, Karim no me deja, dice que soy su invitado, yo le digo que no me parece bien, así que la próxima la pagaré yo.
 
La ciudadela de Saladino desde Al Azhar Park
Me pregunta si prefiero ir a mi hotel a dormir o quedarme con él y con unos amigos suyos con los que ha quedado en verse a las 2 de la madrugada. Este es mi momento para quitarme de en medio y seguir mi viaje por Egipto a mi aire, comprendo que tengo que tomar una decisión, una decisión importante porque según lo que haga ya no volveré a ver a Karim, probablemente, pero si sigo con él y sus amigos ya no haré el viaje que tenía previsto. Su personalidad es desbordante, impresiona su madurez, su afabilidad, su carácter. Me asustan algunas cosas, las mismas que me gustan en él, la amistad que me demuestra, su preocupación por mí, sus atenciones. LO CONOZCO DESDE HACE CUATRO HORAS.

A mí me gustaría, le digo, continuar nuestra conversación, pero no tiene porqué ser ahora, si has quedado con unos amigos, yo no quiero molestar. (No es una respuesta muy inteligente, pero por un lado le quiero decir que me agrada su conversación y la aventura de ir por las calles de Cairo como ningún turista puede hacerlo, por otro lado quiero todavía mantener las distancias, temo perderme una ocasión de vivir como un egipcio, pero tampoco quiero dejarme llevar por un grupo de jóvenes que, necesariamente, tendrán intereses distintos de los míos, además, se supone que he ido para ver monumentos).

Karim Hamdy Abdelaziz
¿Qué habríais hecho los demás?
Da un poco igual, Karim ya lo tenía decidido, la pregunta que me hizo fue por cortesía, él ya había informado a sus amigos de que estaría conmigo y que seríamos cuatro para cenar, así que me tocó acompañarlo hasta donde había quedado, curiosamente, allí al lado. Mis amigos, me dice, quieren conocerte.
Primero me coge de la mano para cruzar la calle, ahora queda con unos amigos que además quieren conocerme, no me deja pagar ni en el bus ni en la terraza. Ya veremos cómo salgo de ésta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario